Los cambios
que se están produciendo en la sociedad inciden en la demanda de una
redefinición del trabajo del profesor y de la profesión docente, de su
formación y de su desarrollo profesional. Los roles que tradicionalmente han
asumido los docentes enseñando un currículum caracterizado por contenidos
académicos, hoy en día resultan inadecuados. A los educandos les llega la
información por múltiples vías (la televisión, radio, Internet, otros.) y los
profesores no pueden ignorar esta realidad. De forma controversial, las TIC
lejos de ser percibidas como factores positivos colaboradores y facilitadores
del aprendizaje, representan un eje perturbador y generador de conflictos,
debido al impacto socio cultural que estas representan a la hora de ejecutar el
oficio de enseñar.
Si bien es cierto que los espacios educativos deben
ser promotores de nuevas estructuras y herramientas para mejorar nuestro
desarrollo social, no es menos cierto que sus alcances en materia de
conocimiento han sobrepasado su capacidad de adaptabilidad, esencialmente en
los modos y estructuras requeridas para impartir dicha educación; ocasionando
reacciones poco favorecedoras a la inserción de sus productos para su propio
beneficio. Es decir, los proyectos y conocimientos están muy lejos de
beneficiar al sector educativo como se lo merece. Esto se debe a la fuga de las
fuentes generadoras de tales beneficio hacia el campo productivo y comercial, a
la incapacidad de aceptación de los retos y cambios dentro de las modalidades y
estructuras de enseñanza y por si fuera poco a la dejadez de todos los actores
corresponsables del acto educativo.
Siempre me he preguntado ¿Si los
maestros y los recintos educativos en cualquiera de sus modalidades son los
gestores y promotores de todo el conocimiento, las tecnologías y la formación
del individuo que mueve y transforma al mundo, porque son incapaces de generar
autogestión y progreso en el campo educativo?, es decir ¿de qué vale que los
proyectos y propuestas estén arrumados en las bibliotecas, sino se ponen en
práctica para la solución del problema que motivo su desarrollo? ¿Por qué la
educación, responsable de la formación de todas las demás profesiones, guía y
promotora de la sociedad, no avanza vertiginosamente para seguir asegurando
coherentemente la calidad de sus enseñanza?, no solo en la teoría sino en la
praxis diaria. ¿Cómo evitar la
decadencia y la corrupción de estos nobles espacios, en función de no
desvirtuar su objetivo principal “Educar”?.
Entonces, porque no contar con los
medios, estrategias y herramientas para adoptar, insertar y aprovechar al máximo el fruto de su labor: la
producción del conocimiento. ¿A qué se debe el miedo de asumir esos retos y
prepararnos cabalmente para ello?. Porque no dejar de lado la decidía, apatía o
desinterés y rescatar los valores y virtudes de los maestros venerados de
tiempos antiguos, capaces de darlo todo por su convicción de compromiso y
responsabilidad social. Aprovechar las
ventajas educativas, tal como lo expresan Gros, B. y
Silva, J en su artículo La
formación del profesorado como docente en los espacios virtuales:
El docente de hoy debe vestirse
de: Voluntad, Conciencia, Responsabilidad, Iniciativa e Imaginación, para poder
aprender a enseñar:
·
Voluntad, para captar las necesidades de aprendizaje de sus estudiantes y procurar la satisfacción de las mismas con los recursos disponibles (combinar herramientas tradicionales y nuevas).
· Conciencia, para medir la calidad y practicidad de los contenidos y experiencias en la formación del Ser (la condición humana – “socialización”).
· Responsabilidad, para asumir con convicción y pasión el hecho educativo y su impacto en el ser humano (formación como individuo- desarrollo de la personalidad).
· Iniciativa, para tomar decisiones y acciones en pro de la praxis responsable, romper con la zona de confort, vencer los miedos y superar los retos.
· Imaginación, para integrar sin excepción, todas las herramientas y medios disponibles facilitando el conocimiento en función de las características y potencialidades personales del individuo, según sea su programación neurolingüística (sentido visual, auditivo o kinestésico), nivel de vulnerabilidad, tipo de personalidad e inteligencias.
El aprendizaje significativo en los diversos campos
profesionales correspondidos con el desarrollo de los procesos educativos
requiere de cambios en la ejecución del rol docente. Como ya lo expresara
McLuhan (citad o por Escontrela Y Stojanovi, 2009), toda
tecnología nueva impone cambios en las funciones cognitivas, afecta la memoria,
la imaginación, la percepción y la comunicación misma. (s/np). Por esta razón
debemos evaluar los modos de impartir la enseñanza; lo que exige que la
concepción tradicional seda paso a las nuevas estrategias, a la par que estas
son evaluadas y adaptadas al perfil de los educandos para asegurar el objetivo
del contenido programático impartido. Pues los conocimientos y la información
no se detienen y son percibidas por todos los medios queramos o no y un daño mayor
seria ignorarlos en vez de canalizarlos.
De igual modo lo confirman Gros, B. y
Silva, J. (Ob. Cit):
Esta concepción de aula y de enseñanza es la que todavía está presente
en la mayor parte de las escuelas. Sin embargo, urge cambiar este modelo formativo
e incorporar en la formación del profesorado las herramientas para capacitarlo
como un profesional que esté más cerca de ser un trabajador del conocimiento,
un diseñador de entornos de aprendizaje, que un mero transmisor de información.
Salomón ofrece su metáfora respecto a esta modificación del rol del profesor
desde transmisor de información, el solista de una flauta al frente de una
audiencia poco respetuosa, al de un diseñador, un guía turístico, un director
de orquesta (1992:42). Bajo esta perspectiva, el papel del profesor debería de
cambiar desde una concepción puramente distribuidora de información y
conocimiento hacia una persona que es capaz de crear y orquestar ambientes de
aprendizaje complejos, implicando a los discípulos en actividades apropiadas,
de manera que puedan construir su propia comprensión del material a estudiar,
acompañándolos en el proceso de aprendizaje. (p02).
Sin
duda alguna que la responsabilidad que implica el educar y formar a los
individuos de la sociedad exige valentía y perseverancia, pues no es solo una
profesión, sino un estilo de VIDA que puede ser divertido y eficaz gracias al
uso eficiente de las TIC.
Educar implica amar, ser ejemplo, y estar dotado de conocimientos que formen para la vida con dignidad y alegría.
Karem Ortíz. UPEL Maturín.
REFERENCIAS
BIBLIOGRAFICAS
Escontrela Mao, Ramón Y Stojanovic Casas, Lily. La
integración de las TIC en la educación: Apuntes para un modelo pedagógico
pertinente. Rev. Ped [online]. 2004, vol.25, n.74 [citado
2013-05-18], pp. 481-502. Disponible en:
<http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-97922004000300006&lng=es&nrm=iso>.
ISSN 0798-9792.
Molina Vásquez1
Ruth. La cultura digital de los jóvenes Del anonimato al show de la
intimidad. IDEP 2009. Artículo on line consultado el 18 de Mayo de 2013 en: http://www.idep.edu.co/pdf/aula/74.pdf